domingo, 26 de enero de 2014

Desde Belerofonte

Desde Belerofonte 

Queridos amigos, hoy os propongo observar un planeta que se llama Tierra. ¿Os parece? Bien. Es un planeta precioso situado a tan solo unos 51 años luz de nuestra Belerofonte (1). Y vamos a enfocar nuestra observación sobre el ser vivo que parece dominar todo el planeta, el ser humano. Preparaos para algunas sorpresas.


-Mirad. Vemos a unos 7.000 millones de humanos, repartidos de esta manera en lo que llaman continentes: 10% en Europa, 14% en América, 16% en África y 60% en Asia. Una cosa llama inmediatamente la atención, ¿la veis? Sí, correcto: No todos viven de la misma manera, tienen diferentes modos de vida. Muy diferentes. Podríamos resumirlo diciendo que 82% del patrimonio de la Tierra está en las manos del 8% de la población.


-¿Qué dices?


-Lo que oyes. Muchos apenas cubren sus necesidades vitales de salud y de alimentación; de hecho algunos, sobre todo niños, mueren de malnutrición o de enfermedad, mientras otros se compran cosas tan vitales para ellos como son gafas de oro, teléfonos móviles incrustados con diamantes, relojes de precios inconcebibles, accesorios de lujo carísimos para sus perros, sin hablar de gastos astronómicos en comidas, bebidas, ropa, fiestas, viajes…


-Pues sí, eso es muy raro. ¿Cómo es posible que esos “ricos” no se pongan tristes ante tal situación e intenten cambiarla?


-Es que creen que la felicidad se consigue con tener, con poseer cada vez más cosas.


-¡No me digas! ¿No saben que la felicidad es cosa del interior de cada uno?


-Pues no. Ahora veamos otra cosa sorprendente, la veis ¿verdad?


-Sí, es increíble. ¡Se pelean entre sí!


-Correcto. Y mucho. A nivel individual, cuando hay conflictos, es muy fácil que se agredan, verbalmente pero también físicamente. Y a nivel grupal o nacional, han desarrollado una tecnología muy perfeccionada para destruir construcciones, hasta ciudades enteras, e incluso matar a otros hombres. Lo llaman “hacer la guerra”. Hay hombres especializados en esta actividad llamados “militares”, la gran mayoría de ellos de sexo masculino. Pero muchos no-militares también pueden morir durante las guerras o ser heridos de gravedad o ver sus casas y sus empresas destruidas. En un momento dado, es muy raro que no haya una guerra en un rincón u otro de ese planeta.


-O sea que, en caso de conflicto, lo ideal para ellos es, al parecer, ¡eliminar al otro o a los otros!


-Eso es.


-Entonces, además de ser poco solidarios, ¡son violentos!


-Pues sí.


-¡Será posible! Habrá mucho sufrimiento en la Tierra, ¿verdad?


-Muchísimo.


-Ahora os voy a enseñar otra cosa, asomaos y mirad bien porque es un poco más difícil de ver desde aquí. Os ayudo: es consecuencia de los dos primeros aspectos que hemos visto. ¿Veis esos hombres, esas mujeres, esos niños que caminan?


-Ah sí. ¿A dónde van?


-Pues, dejan su casa, su pueblo, su país para intentar vivir decentemente en otras partes del planeta donde hay más riqueza o donde no hay guerra.


-¿Y lo consiguen?


-Pocos. Unos mueren en el intento, otros son detenidos y reenviados a su país.


-¿Tan difícil es cambiar de país?


-Sí, lo es. Hay cada vez más muros o vallas de alambre de hasta 6 metros de altura que impiden la entrada en los países más acomodados.


-¿De verdad? Y ¿por qué los humanos no reparten mejor las riquezas existentes y crean nuevas allí donde más falta hacen, y así no tendrían algunos que dejar sus casas y sus pueblos?


-Sería lo suyo. Pero eso supondría invertir dinero en proyectos que no les beneficiarían, por lo menos a corto plazo, y eso no les entra en la cabeza. Es  una pena porque todos saldrían ganando a medio y largo plazo. Lo que pasa es que cada país está cegado por el deseo de crear más riqueza en su casa.


-O sea que no ven mucho más allá de la punta de sus narices.


-Sí, se puede decir eso.


-No me lo puedo creer. Y ¿no hay ningún hombre sensible, compasivo y con mejor visión de futuro?


-Sí, los hay. No se ven a primera vista. Pero si usamos un zoom poderoso y oteamos un poco más en detalle, podemos percibir algunos de ellos, minoritarios eso sí. Tienen unas actitudes diferentes, podríamos decir opuestas. Son respetuosos, comprensivos, compasivos, cariñosos, amorosos. Han desarrollado una técnica que les permite escuchar, hablar, mirar, tocar desde el corazón. Y así pueden resolver todos los conflictos porque los dos opositores salen ganando.


-Y ¿por qué no proponen a los demás hombres cambiar de actitud?


-Sí lo proponen. Pero no son ellos los que cortan el bacalao. ¿Los podéis distinguir? Tienen algo diferente de los demás.


-Sí, se les nota algo en la cara, sonríen, parecen felices.


-Correcto. También son abiertos y no tienen miedo.


-¿Es que los otros no son felices?


-Pues, creo que no lo saben ni ellos mismos. Lo que sí saben es que tienen necesidades no cubiertas y hacen todo lo posible para satisfacerlas. Quieren más “poder adquisitivo”. Lo que pasa es que, una vez cubiertas, aparecen otras. Entonces hay que producir cada vez más riquezas materiales. Lo llaman “crecimiento económico”.


-Pero en vez de eso ¿no podrían los más privilegiados ajustar su consumo, su nivel de vida al nivel de las riquezas existentes?


-¡Uuuuuuh, pero eso significaría que su poder adquisitivo deje de subir, o incluso para algunos baje! Y no estánpreparados para aceptarlo. Están todavía en la mística del crecimiento. Eso significa tirar de los recursos naturales que, como bien sabéis, son limitados. Lo saben ellos también, pero lo curioso es que siguen actuando como si no lo supieran, siguen pensando que la solución, casi diría la salvación, es el crecimiento ilimitado. Lo peor es que, al hacer eso, ponen en peligro el futuro del planeta mismo “La demanda de la humanidad excede en cerca de un 50% la capacidad regeneradora del planeta, con lo cual está destruyendo el capital natural en lugar de utilizar tan solo los intereses, que sería lo sostenible” (2). Además usan herramientas que contaminan mucho, lo cual produce un recalentamiento climático que ya tiene efectos observables: Las zonas secas se vuelven cada vez más secas, las húmedas cada vez más húmedas, las catástrofes naturales son cada vez más numerosas y más devastadoras, el nivel de los océanos sube, acarreando la desaparición de zonas en la actualidad habitadas. Por ejemplo, Tuvalu, el país independiente con menos población de ese planeta ya tiene sus años contados. Sus 11.000 habitantes tendrán que dejar su país anegado por el océano. Serán los primeros refugiados climáticos.


-Pero no hay entre los hombres algunos con sentido común que les digan: “Vamos por mal camino, no podemos seguir así, hay que hacer algo urgentemente.”


-Sí, hay.


-¿Y?


-Tres posibilidades: 1- Nadie los escucha, son voces en el desierto. 2- Los poderosos escuchan, se reúnen y no se ponen de acuerdo para adoptar soluciones. 3- Escuchan, se reúnen, se ponen de acuerdo sobre decisiones y no cumplen con las decisiones. Desde la Cumbre de la Tierra en Rio (1992) a la Conferencia de Varsovia que se acaba de terminar, pasando por Kioto, Bali, Copenhague y Doha, no han tomado decisiones vinculantes. Además el país que más contamina (E.E.U.U.) no participa en las conversaciones. A ver lo que pasará en Paris en 2015. Conclusión, el objetivo de limitar el calentamiento a 2 grados de aquí a 2100 ya es inalcanzable. Será probablemente más cercano a los 4 grados.


-Entonces, ¿Cómo ves su futuro? ¿Van a la catástrofe?


-No necesariamente. Hay cada vez más gente consciente de la gravedad de la situación y de lo urgente que es tomar decisiones a nivel planetario. No hace falta que haya una mayoría, con un porcentaje relativamente limitado de hombres convencidos y decididos se podrían conseguir cambios decisivos. Además podrán contar con otra parte de la población; esa que, aún no estando comprometida con este reto porque su situación no se lo permite hacerlo, cuando el panorama se ponga peor, sí que se pondrán a luchar para un cambio verdadero.


-¿Tú crees que la situación de la Tierra va a empeorar?


-Sí, todavía no ha tocado fondo. Desafortunadamente solo entonces se decidirán a tomar medidas drásticas para salvar el planeta. Tarde, eso sí, porque habrá sufrido mucha gente, se habrá perdido mucha biodiversidad. Pero los seres human habrán por fin aprendido a vivir juntos y a respetar a este maravilloso planeta que es el planeta Tierra.



 (1)Belerofonte es un planeta cuya estrella es 51 Pegasi, de la constelación Pegaso.

(2) Informe “planeta vivo 2012” de WWF (World Wide Fund)

Por: Philippe Despress

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